
23 Jul Las 7 claves del equilibrio emocional
El psicólogo Carl Jung dijo: “Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, si no haciendo consciente su oscuridad”. En nosotros surgen sentimientos, emociones, reacciones, pensamientos… que nos alteran y sobre los cuales no tenemos control. Desconocemos los motivos que los originan, y lo que normalmente hacemos es atribuirlos a la experiencia que estamos viviendo en ese momento. Sin embargo, siempre hay una causa inconsciente que provoca esos estados emocionales. Por medio de la mente (razonando, sacando consecuencias, recordando experiencias del pasado…) no podemos tener acceso al inconsciente y nos será imposible conocer el origen del desequilibrio que sentimos. Para poder sacar al consciente el inconsciente y poder cambiar de hábitos la doctora en psicología Karen Pine divide en 7 las dimensiones clave del pensamiento.
Las 7 claves del equilibrio emocional:
- Asumir la responsabilidad. Esta dimensión implica analizar en que medida aceptamos hacernos responsables de nosotros mismos: No poniendo excusas cuando fallamos, no echando la culpa a lo demás de lo que nos pasa, tomando las riendas, haciendo algo para cambiar la situación que no nos gusta, dando nuestra opinión, dejando de ver al entorno como causa de las dificultades y no creyendo en la suerte, el horóscopo o el destino porque somos nosotros los que forjamos nuestro propio destino.
- Darse cuenta. Esta dimensión del pensamiento es ser consciente de nuestro estado emocional y del impacto que se tiene en los demás. Para darse cuenta debemos estar más atentos a lo que sucede en el día a día a nuestro alrededor: Escuchar con atención los sonidos que nos rodean, observar los comportamientos de las personas de nuestro entorno, concentrar la atención en hábitos diarios como lavarse los dientes, prestar más atención a los detalles como el roce de nuestra piel con la ropa o caminar despacio pendiente de cada movimiento.
- No sentir miedo o temor. No sentir temor significa actuar sin nerviosismo ni inquietud, enfrentarnos a lo desconocido con energía y en calma. No sentir miedo es tener una buena disposición para salir fuera de la zona de confort. Para ampliar nuestra frontera y operar fuera de la zona de confort debemos dar un paso hacia delante: Entrar en acción sobre lo que nos preocupa, enfrentarnos a pequeños miedos como hablar en público, decir no cuando no queremos hacer algo, tomar acción con algo que tengamos postergado o hablar de un tema personal que nos cueste sacar.
- Equilibrio. El equilibrio implica asegurarse de que cada aspecto de su vida reciba la cuota apropiada de cuidado y atención. Estableciendo niveles de importancia a los diferentes aspectos de nuestra vida podremos optimizar la atención y sentirnos más equilibrados.
- Consciencia. Tener conciencia es saber diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto y actuar en consecuencia. La conciencia aporta moral y dimensión ética a nuestra vida. Para cumplir con nuestra filosofía y ética personal podemos observarnos en el día a día: Asegurarnos de que no mentimos, de que somos coherentes en nuestros actos, comportarnos con los demás como quisiéramos que nos trataran, no dejarnos llevar por la tentación de hacer algo que sabemos que esta mal o no basarnos en estereotipos para juzgar a la gente dejando al lado nuestros prejuicios.
- Inteligencia emotiva. La inteligencia emotiva es la habilidad de reconocer sus propias emociones y las de la personas que nos rodean. Mucha gente que esta presa de sus hábitos sólo experimentan una gama de emociones, la culpa, la ansiedad, la infelicidad y la tristeza. Para romper con los hábitos hay que desarrollar el grado de inteligencia emocional: observarnos a nosotros mismos y a los demás en diferentes situaciones nos ayudará a identificar nuestras emociones y las de los demás, ponerse en el lugar de los otros nos ayudará a tener más empatía o expresar nuestras emociones a nuestros amigos y seres queridos nos hará sentirnos más relajados y no ponernos a la defensiva.
- Inteligencia social. La inteligencia social consiste en ayudar a los demás y a la sociedad en general. Es la forma de expresas nuestros valores de una manera positiva y práctica. Desarrollar este tipo de inteligencia nos hará sentirnos útiles y satisfechos: Ayudar a los demás, comprar con ética, aumentar el interés por aprender de grupos minoritarios, hacer algo por el barrio, ofrecer nuestra colaboración con alguna asociación o simplemente poniendo más atención a nuestros valores sociales.
No Comments